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NOÉ GUERRA PIMENTEL*
La fecha de la consumación de la Independencia de México, oficialmente se reconoció el 27 de septiembre de 1821, aunque se venía gestando desde mucho tiempo atrás. En 1820 el coronel español, como todos los que nacieron en la Nueva España, Rafael del Riego se levantó en armas para obligar a Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz, suprimida por el Rey en 1814. En Nueva España los clérigos y otros grupos de acaudalados vieron en la Carta Magna, jurada en Veracruz el 26 de mayo de 1820, un riesgo para sus privilegios, así que decidieron promover la independencia que por buen tiempo habían combatido.

Un grupo de prominentes, entre el alto clero, aristócratas y el alto rango miliciano, encabezados por Matías de Monteagudo conspiraban en la Profesa, por llamarse así el templo. Con la anuencia del virrey Juan Ruiz de Apodaca, los conspirados consiguieron que Agustín de Iturbide fuera nombrado general en jefe del Ejército del Sur, con el encargo de acabar con Vicente Guerrero y Pedro Ascencio. Guerrero era el único jefe que realmente permanecía activo desde la muerte de Francisco Javier Mina en 1817.

Guerrero había intentado convencer a los realistas José Gabriel de Armijo y Carlos Moyá para formar un ejército libertador que depusiera a Apodaca para en su lugar nombrar a un virrey conciliador con el que fuera posible consumar la independencia, ambos se negaron. Iturbide relegó a Armijo en noviembre de 1820 y luego de varias derrotas comprendió que por la vía de las armas sería imposible vencer a Guerrero, por lo que le planteó la idea de unir fuerzas para establecer una nación independiente encabezada por Fernando VII u otro miembro de la realeza europea. El pacto entre ambos jefes se llevó a cabo el 10 de marzo de 1821 con el evento conocido como Abrazo de Acatempan. El 24 de febrero de ese año Iturbide dio a conocer el Plan de Iguala, con el que constituía el Ejército Trigarante, cuyas garantías eran independencia, religión y unión.

Durante poco más de seis meses el Ejército Trigarante recorrió el virreinato promoviendo sus ideales. Entre las escasas acciones bélicas de ese periodo se encuentran la toma de Oaxaca, el 20 de julio de 1821 a manos de Antonio de León y Loyola, y la última batalla de la guerra, librada en Azcapotzalco. Iturbide dividió el país en zonas: la centro occidental, dirigida por Guerrero, Anastasio Bustamante y Pedro Celestino Negrete; la oriental, comandada por Nicolás Bravo y Antonio López de Santa Anna y la sur, bajo el mando de Antonio de León.

Apodaca fue depuesto por militares de la ciudad de México, quienes en su lugar nombraron a Francisco Novella. Las Cortes en España también decidieron remover a Apodaca, pero su sustituto designado fue el liberal Juan O'Donojú, con quien Iturbide pudo llegar a acuerdos que concretaron con los Tratados de Córdoba en Veracruz.

Finalmente, el 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante, que no Insurgente, entró a la Ciudad de México, para proclamar la “Independencia” del Imperio Mexicano después de 11 años y 11 días de guerrillas, caos y desorden que dejaron a un territorio pauperizado, identiconfuso y con un pasado extraviado, luego de más de tres siglos de dominio español sobre esta nueva Nación en la que todo cambio para seguir igual, con un Clero dominante, una milicia intocada y los dueños del poder impunes, igual que en el virreinato.
*Presidente de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, A.C.

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