NOÉ GUERRA PIMENTEL
Era Presidente de la República Adolfo López Mateos, hablamos del 19 de enero de 1960, hace ya 52 años, cuando el Congreso decretó la Ley Federal de Radio y Televisión, misma que en parte fue reformada hace ya 12 años, el 30 de noviembre del 2000, ordenamiento que desde entonces y cada vez más ha caído en desuso hasta casi convertirse en letra muerta y mismo que antes, de facto, la Presidencia de la República arbitrariamente ejecutaba a través de la Comisión de Radio Televisión y Cinematografía (RTC), como órgano regulador, censor y, en muchos casos represor, dependiente de la Secretaría de Gobernación.
Sin pretender erigirme como el moderno Savonarola, ya se hace imprescindible e impostergable la revisión y aplicación de dicho instrumento legal de regulación, en apego a su principal función, que de ninguna manera se debe interpretar como la descrita líneas arriba y que sí, apegarse al espíritu con el que fue creada y que persigue orientar la convivencia sana y armónica, además de estrechar el tejido social y generar una identidad de Estado Nación entre las y los mexicanos, lo que se precisa y lamentablemente no se aplica en su primer capítulo y articulado.
En éste, se afirma que “Corresponde a la Nación el dominio directo de su espacio territorial y, en consecuencia, del medio en que se propagan las ondas electromagnéticas. Dicho dominio es inalienable e imprescriptible.” Puesto que como también ahí se reconoce “La radio y la televisión constituyen una actividad de interés público, por lo tanto el Estado deberá protegerla y vigilarla para el debido cumplimiento de su función social”.
Misma que, se profundiza, es la de “contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana. Al efecto, a través de sus transmisiones, procurarán: I.- Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares; II.- Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud; III.- Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las características nacionales, las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana.” Presupuestos que convendría preguntar si los están cumpliendo las dos televisoras de mayor presencia.
Dicha actuación gubernamental se hace necesaria, ante el injustificable desliz del comediante Sergio Verduzco (a) Platanito, quien hizo vil escarnio del trágico incendio de la guardería ABC, donde, como sabemos, aún impunes, pesan las muertes de casi medio centenar de Bebés. Platanito, un dizque Payaso al que sin ser su seguidor en más de una ocasión reí sus sangronadas, esas que como a tantos otros “cómicos” y “conductores” entre albures y chistes con su doble moral les permite Televisa principalmente por sus filiales de paga, en las que el Gobierno con disimulo cómplice, hace que no ve y que no oye para no actuar, en un tan interesado como malentendido “respeto a la libertad de expresión”.
Nula actitud que debemos reconocer, no solo mantiene el Ejecutivo sino también los senadores y diputados federales que no intervienen ni dicen algo, actuando de espaldas ante los excesos del duopolio televisivo, en el que cada vez más con una visión pobre del entretenimiento, se valen de vulgaridades y términos altisonantes entre escenas de sexo y de violencia física y verbal, además de hacer apología del crimen, sin el mínimo respeto a las familias ni a las potenciales víctimas, las que por su alta vulnerabilidad suelen ser menores, dada su exposición a toda esa basura que pudiendo contenerla, nadie se atreve. Esta columna, además de www.ecosdelacosta.com.mx, la publican: www.afmedios.com, www.colimanoticias.com, www.colimapm.com, www.editorialsenda.com, www.elbuenvecino.com.mx, www.eleccionescolima.com, www.quadratin.com y sceh.blogspot.com.
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