NOÉ GUERRA PIMENTEL*
El pasado martes 9 de mayo, en sesión ordinaria de la actual legislatura local, el líder magisterial y diputado local Guillermo Rangel Lozano, presentó una iniciativa por demás novedosa y, desde mi perspectiva, de largos alcances, misma con la que propone la reforma a la actual Ley de educación estatal, con el propósito, dijo, de potenciar en los educandos el sentido de pertenencia, conocedor de sus costumbres y defensor de los valores que le dan identidad. Refiriendo en su explicación de motivos, que el educando debe saber y valorar que junto con sus maestros, padres, escuela y entorno hace historia, que son protagonistas.
La iniciativa señala que a partir del conocimiento de su escuela y su entorno, tanto en el presente como en el pasado, permitirá al alumno proyectarse como agente transformador de su propia realidad y la de su comunidad y que es necesario desarrollarles el conocimiento sobre su entorno como identidad. Rangel puntualizó que el educando debe valorar que también forma parte de la historia.
En ese contexto, el legislador reconoció que nuestra Entidad federativa ha contado en todos sus momentos con importantes historiadores y cronistas, preocupados por recrear el desarrollo del quehacer colimense, particularmente en el ámbito educativo y escolar y valoró que mencionar a todos aquellos, que con su quehacer histórico han enriquecido el conocimiento de nuestra tierra, sería un ejercicio que no podía hacer, porque correría el riesgo de caer en omisiones.
Igualmente citó ejemplos, y, para el caso mencionó al reconocido colega Salvador Olvera Cruz, quien con motivo del 50 Aniversario de la Fundación de la Escuela Secundaria No. 13, rescató el desarrollo histórico de dicha institución y que en contraparte, aun cuando la Escuela Secundaria Estatal No. 1 “Profesor Francisco Hernández Espinoza”, cumplió 70 años al servicio de la educación colimense, no cuenta con monografía alguna que hable de su presencia y evolución.
Concluyendo que era necesario, para lograr una educación más integral, que docentes y alumnos conozcan los orígenes y desarrollo de sus escuelas, lo mismo que de su entorno comunitario, para lo que propuso que cada escuela dependiente del sistema educativo estatal cuente al menos, con una breve monografía de su quehacer a través de los años. Ponderando en lo medular de su propuesta, que “se hace necesario que la Secretaría de Educación establezca convenios con historiadores y cronistas locales para su elaboración”.
Sin duda que al diputado y dirigente magisterial le asiste toda la razón y su llamado resulta oportuno en un contexto donde el desdén por las humanidades se hace cada vez más patente y la propuesta educativa nacional se pretende globalizadora, buscando producir mano de obra sobre personas humanas, gente que no reflexione, desarraigada, sin pertenencia y sin identidad, si es posible.
Por tanto es deseable que la citada propuesta del Tribuno encuentre el eco necesario y que a la brevedad se instrumente, si es que no queremos quedar en el impotente “hubiera” cuando aún podemos. En ese sentido, solo recordar lo que dice Savater en El valor de Educar (del que un ejemplar me fue amablemente obsequiado por Guillermo Rangel), cuando afirma que “La realidad de nuestros semejantes implica que todos protagonizamos el mismo cuento: ellos cuentan para nosotros, nos cuentan cosas y con su escucha hacen significativo el cuento que nosotros también vamos contando.”
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*Presidente de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, A.C.
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