CULTURALIA. ¿Y EL PATRIMONIO CULTURAL?

NOÉ GUERRA PIMENTEL*

El miércoles pasado tuve la oportunidad de participar como moderador en el Foro “Por la defensa del patrimonio cultural” con sedes alternadas en el Museo regional de Colima y la Casa del Archivo, juntamente con investigadores, arquitectos conservadores y restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes, según me enteré, agrupados en las delegaciones sindicales, realizaron este evento a nivel nacional como protesta civil, pacífica y educativa en defensa del patrimonio cultural.

Evento que entre sus objetivos busca ofrecer información académica sobre las responsabilidades y acciones que están a cargo de los investigadores, arquitectos y restauradores del INAH, las cuales tienen como materias principales la protección conservación, investigación y difusión del patrimonio cultural de nuestro país en sus diversas manifestaciones, pero principalmente el arquitectónico y el arqueológico.

Esta movilización cultural la están llevando como una reacción congruente y comprometida con su función dadas las acciones autorizadas por directivos del INAH en diferentes entidades de la república donde se han intervenido o alterado espacios con daños irreversibles en diversos monumentos históricos y arqueológicos del país, entre los que podemos enlistar a muchos, pero solo baste la mención de algunos de los más escandalosos.

Como el de la construcción de un museo privado, con costo, sobre las estructuras arquitectónicas prehispánicas, las denominadas Yácatas (edificios o templos ceremoniales), de Tzintzuntzan en la zona lacustre del vecino estado de Michoacán. Igual que la demolición de seis monumentos históricos en el zona de monumentos históricos de Hidalgo del Parral, en el Estado de Chihuahua, al norte de nuestro país, así como las afectaciones al Fuerte de Guadalupe en puebla, por la colocación de una cubierta metálica.

Ello, sin contar los daños que se le han hecho a la estructura de las pirámides de Chichen Itzá para conciertos musicales y espectáculos de luz y sonido, igual que en Tajín, donde cada año realizan espectáculos en detrimento de las milenarias edificaciones adyacentes. Todo lo anterior, sumando a acontecimientos de años anteriores, como los daños causados a las estructuras del Sol y la Luna en Teotihuacán por la colocación de las instalaciones también para espectáculos de luz y sonido. Solo por mencionar algunos cuyos efectos negativos son incuantificables y de daños definitivos ante la cómplice y casi complacencia de quienes debieran protegerlos.

Es por ello que resulta plausible la valerosa actitud de quienes con plena convicción se han involucrado en este proyecto y lo han hecho comprometidos con su profesión y con su trabajo cotidiano, quienes dicho sea, en este marco nos hablaron sobre diversos temas relacionadas con su labor buscando por sobre todo sensibilizarnos con esta defensa legal que ellos, desde dentro, están haciendo de nuestro patrimonio histórico y arqueológico.

Foro que como trascendió, se desarrolló durante 4 días, del martes 4 al viernes 7 de septiembre, de las 18 a las 20 horas en el que entre ponentes y moderadores tuvimos participación activa 25 actores que ante un público diverso presentamos visiones y compromisos a favor del legado que hemos heredado y que estamos obligados, todos como uno solo a defender para dejárselos por lo menos como están, a quienes habrán de sucedernos.

*Presidente de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, A.C.

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